lundi 12 février 2018

Teniente coronel

En alguna llanura perdida, aquéllas de imaginación caucásica, mira por la ventana para ver el paisaje estático. No se aplican las mismas leyes en aquél paisaje. Otro ritmo. El del corazón partido. El de la cronología añorada. Aquél paisaje perdido, en medio de la nada. Una construcción casi vacía.
Se mece el viento en el aire cálido. Y la espera hace aguardar las primeras gotas. Los primeros nacimientos. Se tornan cada vez más vivas. Se da cuenta de que se mueve. Que no cesa. Que no se para. Que todo es cuestión de mirar y ver, de oir y escuchar. Entonces ya no quiere parar de ver, no quiere que cese. No quiere volver. No quiere soltarse. No quiere volver. Pero debe. No ve otra solución que no la lleve al abandono de su frágil construcción. No puede. No puede. Pero no aparta la mirada. No ve ni tan siquiera su reflejo. Sólo la llanura. Sólo ella, vasta, infinita, viva. Se desliza la sal sobre su mejilla. Se empaña su vista. Ya no ve, sólo sueña. 
Entonces sale y posa los pies sobre la tierra.

S.Twski

vendredi 15 septembre 2017

Carriles mayores

Se asientan en el borde de la orilla del mar y esperan a que los barcos tiren las anclas y se claven en el suelo marino. Desorientados, aspiran a la llegada de las barcas, y con ellas hombres, mujeres y niños. Sus hombres, sus mujeres y sus niños. 
Contemplan ensimismados su acercamiento, su retroceso, su aceleración, su ralentizar en olas mansas negras.
Sin perspectiva.
Algunos se quedan de pie, otros se sientan en la arena, otros se acuestan y oyen, otros se comen la arena y las estrellas y la Luna que ilumina, nada. 
Nada ocurre. Esperan.
No llegan.

El primer grito se hace oír, saeta que hiere el silencio, destroza la nada, destroza el ruido de las olas y la desdicha de los que esperan. Ya no hay tristeza, borbotea la rabia como fuente de agua negra y ahoga los pulmones secos de los pocos que quedan. Nada ya, sino estrépito de vidas inacabadas, un pasar indolente en la Tierra. Consideraciones superpuestas de azares.

Algunos ya no respiran. Los ojos secos de comer Luna, estrellas y arena. Los otros callan y el primer grito desaparece. 
Jovialidades tardías de un galimatías.
Aguardo la siguiente llamada.
Nada.
Sólo mar.
Y agua.

S.Twski

lundi 20 mars 2017

El grito a destiempo sugiere demencia cósmica del que escucha

Desde arriba, me observan, mentirosas. Me miran y ellas saben, saben lo que me queda, lo que me falta todavía para verlas y llegar dónde ellas no están. Desmienten mis verdades, me observan, mentirosas. Lo perciben, lo perciben todo, mis miradas, mis pensamientos. Y me destrozan. El hablar se me hace pesado, el escribir, una infinita salvajada. El tiempo se desdobla, vivo de dejà vus, no sé hablar, no sé escribir, no sé dormir, no sé quiénes son, qué quieren, qué hago. No puedo pedir ayuda, no sé cuál es el problema. Consigo dormir abstracciones, pesadillas mugrientas que ensucian el suelo de mi casa. La peste no se va, la peste sigue penetrando mi cuerpo. Soy peste. Pero ellas no tienen olfato, ni concentración de odio, ni reflexión alguna. Me pierdo en sus necedades, arraigada en movimientos primitivos, despojándome del raciocinio humano ya no hay pensamiento ya no hay escritura tildes marcas de ortografia y reglas baratas desaparecen en el flujo continuo del pensar sin razón miran me están mirando no se van desdoblan su presencia engaño demencial que razones que delirios miran siguen mirando juzgan mi pesar de movimientos congelados el frio desaparece el calor ya no emerge de esa fisica que me engloba desaparezco miran airadas los ojos de los traseuntes apuñalados por trozos de luna solar no saben si mueren quemados o estaticos congelados me despojo desaparicion falsa alegoria del pesar dichoso de ellas ellas que siempre son siempre estan siempre ven vida muerte eternidad hasta que ya no quede nada ni su polvo vuele en los restos imposibles del grito humano a destiempo

S.Twski


jeudi 15 septembre 2016

Yósoy

Se me ha olvidado como cantar amores deshechos por los años. Amores sublimes de tierras desconocidas, mecidas por vientos hediondos de felicidades descompuestas. Amores cadavéricos como los cipreses que se yerguen rozando pieles lunares. Que cercan la intimidad ajena de individuos que se desconcen, imitan la impenetrable circunferencia de la naranja matutina. Las moscas mueren queriendo escapar de tales males, indomables creencias del amor, decrépitas láminas de oscuridad. Todo indica que la levedad del desfallecimiento altruista sigue siendo exitosa. Los cuerpos siguen mezclándose en ardores inproductivos, en jadeamientos aplastantes, en pesadez abstracta. Son los movimientos que nos enajenan, esos vaivenes incesantes, esa producción infinita de azares insatisfechos. Y esa expresión centrífuga de vagos pesares taladra la imaginación y no deja escapatoría a la única libertad: la del sueño intacto, la visión del primer hombre.

S.Twski

mardi 13 septembre 2016

Humo llovedizo

Viento en la ciudad
gotas se esparcen sobre la piel
ajena espalda que se estremece.

Discurren enfermizas figuras
andan sin rozar
la cazadora de vientos.

Frío abrasador
de organismos
que se escurren
como algas.

La mirada negra
siente lo Bello
esparcirse sobre su piel.

Piel muerta
de otro mundo
violada por ventanas
de humo oscuro.

S.Twski

lundi 29 février 2016

La précolonisation du néant



Elle se nomme Augusta. Augusta est morte.
Un  jour elle décide d'annoncer sa mort auprès de ses proches. Elle s'est réveillée et a pensé: "Et si j'étais morte?". Comme elle vit depuis sa naissance elle veut changer d'ambiance. Elle dit: "Il faut que je meure un petit peu pour élargir mes horizons."
Son fils, Mario, est prêt à l'aider mais il part à l'étranger avec une de ses nouvelles conquêtes masculines.
Augusta n'est pas contente du comportement irresponsable de son fils. Elle parvient seule à son dessein. Une minute avant sa mort, son ami entre dans la chambre et stoppe net ses intentions. Il croit qu'elle veut se suicider. Augusta ne cesse de rire face à cette interprétation erronée. Elle lui explique tout. À son ami de dire:
- Et maintenant tu tiens à trépasser comme s'il s'agissait de manger ton repas de midi! Non, mais ça va pas?! Qui va s'occuper de tout le bordel que tu vas laisser? Tu crois que Mario n'a rien d'autre à foutre que de s'occuper du cadavre d'une vieille dame dans la rue!
Augusta le calme et lui sert une infusion. Par mégarde elle lui donne la tasse qui contient le cyanure qu'elle avait préparé pour son voyage. Son ami commence à avoir des convulsions. Augusta s'affole puis reprend son sang-froid.
- Jean, il me semble que tu vas mourir. Mais pense à Socrate!
- Ue, à Göring tant t'y es du con!
C'est ainsi qu'Augusta part à la mer. Un peu avant cela, elle appele Mario et annonce la mort de son père, Jean. Elle va essayer de se noyer, donc Mario doit préparer des doubles funérailles.
- Surtout, n'oublie pas: dépense le moins d'argent possible, l'option la moins chère!
Elle prend Jean, s'accroche à lui avec une corde épaisse et s'enfouit dans l'eau. Le corps de Jean flotte, elle ne réussit pas à se noyer.
Ainsi on les repêche: Leur fils croit qu'ils sont perdus dans la mer, et comme il ne veut pas dépenser d'énergie pour chercher les corps, les funérailles se font de suite. Il est le seul à être présent. 
Trois jours après il reçoit un appel de la police. Sa mère est en prison."Cela n'est pas possible" dit-il, "elle est morte". Mario part à l'Himalaya, et l'on n'entend plus parler de lui.
Augusta est morte et elle ne peut rien y faire.




S.Twski